estufas de biomasa

La normativa europea prohibirá desde enero de 2022 la venta e instalación de estufas de leña o pellets sin diseño ecológico

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El Ministerio de Industria, Comercio y Turismo del Gobierno de España ha publicado en su página web una aclaración sobre la venta e instalación de estufas de leña o pellets que afecta a los aparatos de calefacción local de combustible sólido, que son básicamente todas las estufas y hogares de potencia igual o inferior a 50kW. Y que tiene que ver con la normativa europea para la reducción de emisiones de dióxido de carbono.

La Directiva de Ecodiseño (Erp) es una norma europea de obligado cumplimiento encaminada a cumplir los protocolos internacionales de reducción de emisiones de dióxido de carbono. Está dirigida básicamente a fomentar el empleo eficiente de combustibles de origen renovable y a reducir emisiones de gases de efecto invernadero. Esta normativa estipula que los equipos fabricados en Europa –o que se vayan a instalar en territorio europeo– deben cumplir unos requisitos mínimos referidos a la eficiencia energética y emisiones de partículas al ambiente, monóxido de carbono, compuestos orgánicos gaseosos y óxidos de nitrógeno.

Según aclara la asociación AVEBIOM, respecto a la comercialización y puesta en servicio habrá que tener muy en cuenta sus artículos tres y ocho.

Artículo 3-Requisitos de diseño ecológico y calendario. Los aparatos de calefacción local de combustible sólido deberán cumplir los requisitos de diseño ecológico establecidos en el anexo II a partir del 1 de enero de 2022.

Artículo 8-Disposiciones transitorias. El reglamento publicado en 2015 permite hasta el 1 de enero de 2022 la comercialización y entrada en servicio de aparatos de calefacción local de combustible sólido que sean conformes con las disposiciones nacionales vigentes.

Por tanto, se interpreta que, a partir del 1 de enero de 2022, no se permitirá ni la venta al consumidor final (comercialización) ni la instalación de aparatos (entrada en servicio) que no cumplan el Reglamento (UE) 2015/1185.

Respecto a la excepción contemplada en el apartado e) del Artículo 1 apartado 2 para productos para el calentamiento del aire, se entiende que las estufas y hogares insertables de leña o pellets son aparatos para la calefacción local de combustible sólido, tal y como se establece en el Artículo 2, apartado 1) sobre definiciones, y no productos para calentar el aire según la definición del Artículo 2 apartado 8.

La directiva de ecodiseño 2009/125/UE viene desarrollada por dos reglamentos y los requisitos definidos son de obligado cumplimiento por parte de fabricantes y/o importadores para poder introducir sus productos en el mercado de la Unión Europea.

Reglamento 2015/1189 de diseño ecológico aplicable a las calderas de combustibles sólidos con una potencia calorífica nominal igual o inferior a 500 kW, incluidas las integradas en equipos combinados compuestos por una caldera de combustible sólido, calefactores complementarios, controles de temperatura y dispositivos solares. Los requisitos establecidos aplicarán a partir del 1 de enero de 2020.

Reglamento 2015/1185 de diseño ecológico aplicable a los aparatos de calefacción local de combustible sólido. Los requisitos establecidos aplicarán a partir del 1 de enero de 2022 con una potencia calorífica nominal igual o inferior a 50 kW.

La alta eficiencia en la combustión de los equipos alimentados con pellets de madera asegura una emisión reducida tanto en partículas como es los distintos gases de efecto invernadero (compuestos orgánicos gaseosos, monóxido de carbono y óxidos de nitrógeno). Sabedores de ello, los reglamentos relativos a ecodiseño restringen las emisiones en mayor medida en este tipo de equipos. Por tanto, al instalar estufas o calderas alimentadas con pellets, aparte de disfrutar de sus ventajas como pueda ser su eficiencia o ahorro económico, estás minimizando la emisión de contaminantes.

Cambio Energético publica una guía con consejos sobre la compra e instalación de estufas de pellets

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estufas pellets

La empresa extremeña  Cambio Energético, especializada en ahorro energético y renovables, ha publicado una práctica Guía de consejos sobre las estufas de pellets, para orientar al cliente sobre todo lo que tiene que tener en cuenta antes de comprarla.

Una estufa de pellet es algo mucho más serio que lo que pueda parecer una chimenea tradicional. Se trata de un aparato de combustión bastante sofisticado cuyo diseño persigue, ante todo, la mayor eficiencia al menor coste. Y lo consigue. El secreto de su éxito radica en su combustible: los pellets, unas pequeñas piezas hechas de restos prensados de virutas de madera y otros materiales de reciclaje vegetal con un altísimo poder calorífico, mínimo consumo y cero emisiones de CO2.

Pura eficiencia
Al tratarse de material prensado, el porcentaje de humedad de la madera de pellet es residual (por debajo del 8%), lo que aumenta la potencia calorífica de este tipo de estufas. Dicha potencia se calcula según el coeficiente de eficiencia de combustión, es decir, qué cantidad del material que se combustiona se transforma realmente en energía. Dependiendo de modelos y marcas, las estufas de pellets ofrecen entre un 75-90% de eficiencia, un porcentaje mucho mayor al de, por ejemplo, las chimeneas tradicionales.

Bajo coste
Como ocurre con los sistemas de autoconsumo de paneles solares y otras energías renovables, una estufa de pellets supone para el usuario una inversión inicial. Sin embargo, y también de forma similar a lo que ocurre con los sistemas fotovoltaicos, la alta durabilidad de los equipos, el mínimo mantenimiento que precisan y el precio del combustible (un kg. de pellet ronda los 0.25€) permiten un retorno de esa inversión en un tiempo muy rápido y unos porcentajes de ahorro en la factura de la luz que ronda el 40-60% con respecto a la energía convencional. Las estufas de pellets son, como toda inversión en energía renovable, una decisión inteligente.

Poco mantenimiento
Alimentar una estufa de pellets es un juego de niños. Basta con recargar el depósito de pellets -o, en su caso, la tolva- a medida que se vaya consumiendo el material. La alta eficiencia del aparato supone también que la generación de residuos es mínima, sobre todo si la comparamos con las chimeneas convencionales, y eso significa menos dolores de cabeza. Sólo es necesaria una ligera limpieza periódica para que la ceniza acumulada en el cenicero y las válvulas caiga en el depósito correspondiente. Nada más fácil para mantener la estufa en óptimas condiciones.

Espacio
A la hora de adquirir una estufa de pellets, es fundamental conocer bien el espacio que se quiere calefactar y elegir una estufa que tenga la potencia adecuada. Si la estufa es demasiado grande, el usuario tenderá a fijar la combustión a nivel bajo para evitar el exceso de calor, lo que supone un gasto innecesario de combustible y mayor polución. Por el contrario, una unidad demasiado pequeña podría no proporcionar calor suficiente. Para evitar ambos escenarios merece la pena pensar en una fórmula sencilla: utilizar 1Kw de potencia máxima por cada 10m2 de superficie a calefactar. Siempre puede ir también a la propia ficha técnica de la estufa, que nos dará pistas sobre el volumen máximo para la que está diseñada.

Tipos de estufa de pellet
El mercado ofrece una gran variedad de diseños y prestaciones en las estufas de pellet pero tres son los tipos fundamentales de este tipo de electrodoméstico:

-De aire: las más básicas, pero también las más ecológicas y eficientes. Tienen una característica fundamental, y es que, además del pellet, estas estufas admiten otro tipo de residuos naturales como la cáscara de almendra o los huesos de aceituna. Las estufas de aire reparten el calor por la estancia donde estén situadas y caldean las zonas adyacentes. La mayoría cuenta con un display donde poder regular la intensidad y la temperatura de la estufa.

Canalizables: Son muy similares a las estufas de aire, pero con la peculiaridad de que cuentan con un ventilador adicional que impulsa el aire caliente, permitiendo que pueda calefactarse la habitación donde está ubicada la estufa y también una estancia que esté contigua a la misma.

De pellet hidro o termoestufas: son quizá las más completas. Tienen la particularidad de que, además de calefactar la estancia en la que se instale, puede conectarse al circuito de radiadores de la vivienda, con lo que se benefician todas las demás zonas del hogar. Suelen incluir una función de auto-apagado ante cualquier anomalía del sistema.

Un sistema seguro
Hablando de anomalías del sistema, las estufas de pellet son muy seguras y suelen incorporar sistemas de aviso ante un eventual mal funcionamiento. En cualquier caso, merece la pena tener en mente un número de recomendaciones para evitar problemas. Entre ellas, las típicas de unidades calefactoras: evitar cubrir la estufa con objetos que sean inflamables y situar la unidad en un lugar que no esté excesivamente recargado de muebles u otros objetos. Más específica de las estufas de pellets es la necesidad de contar con una salida de humos al exterior. Crear dicha salida es, sin embargo, muy sencillo. Suelen utilizarse unos simples tubos de acero de unos 80mm, muy fáciles de instalar. También es importante que la estufa cuente con una “T” para la limpieza de los conductos y evitar posibles obstrucciones.

Cómo instalar
La instalación de una estufa de pellets es muy sencilla y no requiere de conocimientos previos de electricidad (las estufas se alimentan en una toma convencional de 220v). En cualquier caso, y para que no haya ninguna duda, hemos creado un tutorial muy fácil donde podréis aprender a instalar vuestra estufa paso a paso. Para ello, hemos contado con un verdadero gurú de la ecología y buen amigo nuestro, Renato Álvarez, de “El Eco Huerto de Renato”. En este breve vídeo, Renato deja por un momento los consejos que nos ofrece día a día sobre horticultura y ecología y se pone manos a la obra para instalar una estufa de pellets desde el principio.

Extremadura se acerca a las 9.000 estufas y calderas tecnificadas de biomasa instaladas

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estufa pellets

por Juan Jesús Ramos
Responsable del Observatorio Nacional de Calderas de Biomasa (ONCB) en AVEBIOM

Juan Jesús Ramos lleva muchos años analizando el mercado de estufas y calderas de biomasa en España y en Extremadura también. Y ha visto la evolución silenciosa del sector año a año. En este artículo, muestra las claves del creciente protagonismo del sector en la región extremeña

Queda mucho por hacer, pero el sector de la biomasa térmica en Extremadura se va consolidando poco a poco. Al cierre de 2017, según las estimaciones del Registro del Observatorio Nacional de Calderas de Biomasa de AVEBIOM, la potencia térmica acumulada en Extremadura ascendía a 464.415 kW, un 9,7% más que el año anterior. El número estimado de equipos nuevos y de sustitución instalados en la Comunidad autónoma en 2017 ha sido de 1.500, elevando el número de estufas y calderas “tecnificadas” hasta las 8.584.

A pesar de ello, sigue siendo la “gran desconocida”, y este desconocimiento trae consigo desconfianza para muchos posibles usuarios, que también se ven influenciados por las potentes campañas de marketing de las grandes corporaciones energéticas de combustibles fósiles.

Que una energía renovable, como es la biomasa, tome más protagonismo, tiene remedio. En primer lugar el ejemplo debe venir de la propia Administración. Parece que para estas dos próximas campañas (ejercicios 2018 y 2019) estaremos de suerte. El Gobierno de Extremadura abrió la convocatoria de dos programas de ayudas destinadas a actuaciones de ahorro y eficiencia energética y también para la adquisición de nuevas instalaciones de energías renovables (Bases Reguladoras en: DECRETO 110/2018, de 17 de julio). Las dotaciones económicas para ambas líneas son muy interesantes: 2,30 millones de € en el primer caso y 6,58 en el segundo. Estas convocatorias están enmarcadas en el Programa Operativo del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER) 2014-2020.

Plan estratégico
Para que el círculo virtuoso de la biomasa deje de tener aristas y ruede, es necesario ir cumpliendo una serie de actuaciones que pueden condicionar el éxito o el fracaso de un plan estratégico diseñado a una escala territorial amplia. Aunque a muchos agnósticos de la biomasa les parezca extraño, lo primero será promocionar la DEMANDA de nuevas instalaciones, antes incluso de tener disponibilidad de un biocombustible local, planteando el debate del gran dilema de si es primero el huevo o la gallina.

Dada la limitación de los recursos económicos de cualquier administración, las inversiones iniciales más potentes han de dirigirse siempre hacia la puesta en funcionamiento de las calderas de biomasa. Y no de cualquier manera, sino con criterios que garanticen la viabilidad y el buen funcionamiento de la instalación.

En primer lugar, se ha de localizar al potencial usuario y analizar su demanda térmica. Tras esta primera fase de la confirmación de los consumos y del establecimiento de los protocolos de mejora de la eficiencia ya sea en los procesos productivos, la distribución o la curva de demanda, se realizará un estudio de la viabilidad técnica, económica y financiera de dicha instalación. El usuario o potencial usuario debe estar  en todo momento informado y asesorado para que participe de manera activa en la toma de decisiones.

Equipos contrastados
Otro de los factores clave es el diseño de infraestructuras y la elección de los componentes de la instalación, constituidos por equipos contrastados, eficientes y de calidad. Ni lo más barato es lo más interesante, ni es sensato hacer las cosas a cualquier precio.

Por último, no nos podemos olvidar de contar con una empresa instaladora de contrastada experiencia que, además de una correcta instalación, nos asegure un mantenimiento preventivo y correctivo para alcanzar las máximas prestaciones en todo momento. Sacar el mayor partido a la instalación se consigue únicamente utilizando un biocombustible adecuado, con garantía y certificación de calidad.

Biomasa local
El biocombustible, ya sea pellet, astilla, hueso de aceituna, cáscara de frutos secos, etc., será el hilo conductor que nos llevará al siguiente tramo del círculo virtuoso, que consistirá en la promoción de la OFERTA de biomasa local. Aparece la necesidad de plantear el autoabastecimiento con recursos locales, que tras su correspondiente análisis, culminaría con la construcción de infraestructuras productivas y logísticas bien dimensionadas. A su vez, la existencia de estos Centros Logísticos de Biomasa [CLB], que garantizan el suministro “de cercanía” bajo los estándares de calidad de las biomasas, aumentaría la confianza de nuevos potenciales usuarios.

El acopio de biomasa forestal no siempre es fácil ni rentable a “priori”. Es importante conocer la disponibilidad de la biomasa forestal de cada municipio o territorio y planificar los aprovechamientos a través de un Plan de Gestión Forestal.

Masas forestales
Por otra parte, tener las masas forestales bien cuidadas y gestionadas ayuda a reducir de manera drástica el número y la intensidad de los incendios forestales. Esto traducido a valores económicos, supone el mantenimiento del valor patrimonial y medioambiental del monte, con una reducción importante en el gasto de extinción para las arcas autonómicas y el de daños generados. Cada hidroavión o helicóptero que apoya la extinción de un incendio puede cobrar entre 4.000 y 6.000 €/hora, dependiendo de su capacidad. Apagar un incendio con medios aéreos, terrestres, brigadistas, etc., es muy caro y siempre con riesgo de pérdidas humanas. Repercutir ese alto coste en las cuentas públicas hace que el planteamiento del acopio de biomasa deba ser tratado con mayor sensibilidad por parte de las Administraciones.

Mientras, los subproductos y residuos, con capacidad energética, obtenidos de las actividades de producción agrícola y ganadera, han de ser tenidos muy en cuenta por parte de los profesionales del campo, de las cooperativas y de las empresas de transformación. Debería existir un compromiso generalizado en la valorización y el aprovechamiento de estos materiales, de tal manera que un biocombustible como el hueso de aceituna producido en Extremadura debería ser consumido, en su totalidad, en Extremadura. Aprovechar los recursos biomásicos locales favorece la riqueza y el empleo local, mitigando el cambio climático y el éxodo rural.

Ejemplo industrial
Nos hacemos eco de que hay un grupo de empresas de la industria del corcho en San Vicente de Alcántara, que han mejorado su tradicional sistema de calentar el agua de los calderos en los que cuecen el corcho para conseguir su esterilización y darle mayor flexibilidad y elasticidad. La búsqueda de mayor eficiencia en el proceso ha supuesto el cambio del biocombustible de toda la vida, la leña, a otro formato que son los pellets o las astillas. Sigue siendo biomasa, madera extraída de nuestros montes y dehesas, pero que puede utilizarse con mayores rendimientos.

Este es el caso de Corchos Borriño Rabazo S.L., con sede en San Vicente de Alcántara (Badajoz), que fue pionera en la mejora de su antigua caldera de leña incorporando un quemador de la marca NATURAL FIRE de 350 kW. La empresa instaladora ha sido BIOMASAEX, S.L., con sede en Villafranca de los Barros (Badajoz). Su gerente Ángel Mora nos cuenta que antes utilizaban unas 210 toneladas anuales de leña y ahora, con pellet, no consumen más de 42 toneladas. Para la corchera ha supuesto una reducción en el coste de la energía de 5.670 €/año

Aparte del ahorro y de la mejorara en el uso de los recursos energéticos, ahora consiguen controlar el proceso de cocción de una manera automática. Además, la implementación de este equipo ha servido para disminuir el riesgo de accidentes en la zona de cocción; también reducir en un 80% las emisiones de gases y, sobre todo, disponer de un trabajador más para la preparación del corcho.

BIOMASAEX, S.L. es una pequeña empresa que a lo largo de estos 5 últimos años, se ha convertido en la principal instaladora de Extremadura en equipos de aprovechamiento energético con biomasa, especializándose en quemadores. Sus clientes principales pertenecen a la potente industria agroalimentaria de tanto de Extremadura como de la parte occidental de Andalucía.