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Los Administradores de Fincas piden que las comunidades con cuartos de calderas comunitarios puedan acogerse a la tarifa regulada del gas (TUR)

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La fuerte subida de los precios de la energía (gasóleo, luz y gas natural) en los últimos meses, unido a la alta inflación, han supuesto un duro revés para la economía de los hogares y para las comunidades de propietarios. Durante los últimos meses, los colegios de propietarios de fincas de toda España han alertado sobre el aumento de la morosidad especialmente en las comunidades de propietarios por la subida de los costes energéticos. Un problema que también afectará directamente a los hogares que tengan contratada la calefacción central con la comunidad, sea de gasoil o de gas natural. Los gastos energéticos que afectan a una comunidad son los de las luminarias de zonas comunes, ascensores, puertas automáticas de los garajes o los del mantenimiento de las piscinas.

El Consejo General de Colegios de Administradores de Fincas -CGCAFE-, ha remitido, en representación de todos los colegios, entre ellos los de Extremadura, una carta al director general de Política Energética y Minas del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico solicitando que las comunidades de propietarios con cuartos de calderas comunitarios para la producción de calefacción y agua caliente sanitaria mediante gas natural, puedan acogerse a la tarifa regulada del gas (TUR), al igual que las viviendas con calderas individuales, de los hogares. Pues en ambos casos el destino del gas es el mismo, producir calefacción y agua caliente para las personas que residen en las viviendas.

-Tarifa regulada. Según el CGCAFE, la tarifa regulada del gas es mucho más económica que la tarifa a la que se ven obligadas a contratar las comunidades de propietarios con calderas centrales, pues al tener un consumo anual superior a los 50.000 KWh, las comunidades de propietarios se ven obligadas a contratar en el mercado libre, al igual que una gran industria, donde los precios han llegado a ser durante esta temporada de calefacción, hasta cuatro veces superiores a los de la tarifa regulada, sin poder acceder a las ayudas que recientemente han sido aprobadas para los grandes consumidores. El incremento del precio de la electricidad en las comunidades de propietarios, en los últimos 15 meses, ha sido del 120%. Es decir, en el año 2021, el incremento de la luz, con respecto al año 2020, fue de un 42%; y en 2022, con referencia a 2021, el incremento ha sido de un 77% -promedio de los tres primeros meses de 2022-.

El precio del gasóleo de calefacción también ha experimentado una gran subida: en 2020, 15.000 litros de gasóleo tenían un coste de 7.850 euros; en 2021, alcanza los 9.300 euros; y en 2022, el importe es de 18.000 euros. Y el mayor incremento es el precio correspondiente al gas, para el mismo consumo, una factura de enero de 2021 alcanzaba los 12.684 euros, y en enero de 2022 alcanza los 43.000 euros. “Estamos viendo cómo el aumento del precio de la energía está repercutiendo en derramas extraordinarias o a reducir el tiempo de servicios como la calefacción central en las comunidades de propietarios”, asegura Pablo Ruiz, vocal del Colegio Profesional de Administradores de Fincas de Madrid (CAFMadrid).

Aunque en el caso de Extremadura, por su singularidad demográfica y su mayor peso rural, el concepto de comunidades de propietarios no tiene tanta presencia como en otras comunidades autónomas con más ciudades de mayor tamaño. Según datos del Instituto de Estadística de Extremadura, la región cuenta con 432.000 hogares, de los que 101.000 se ubican en municipios de menos de 2.000 habitantes en los que una gran parte de las viviendas son de planta baja. Estos municipios concentran el 23.4% de los hogares y el 20,7% de la población. El 45% de los hogares extremeños tiene entre 76 y 105 metros cuadrados.

Los Administradores de Fincas colegiados recuerdas estos meses que es necesario que las comunidades de propietarios soliciten los Fondos Next Generation para realizar obras de rehabilitación para mejorar la eficiencia energética y ahorrar costes.

Los ayuntamientos extremeños aceleran en el uso del autoconsumo fotovoltaico y calderas de biomasa en residencias y piscinas públicas

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Cada vez son más los ayuntamientos extremeños que han decidido apostar por el autoconsumo fotovoltaico en las edificaciones que son de su titularidad, sobre todo tras la subida de los precios de la energía.

El último en hacerlo ha sido el Ayuntamiento de Olivenza (Badajoz) en la residencia de mayores pública Virgen de Guadalupe. El Ayuntamiento ha invertido un total de 48.504 euros en una instalación fotovoltaica que supondrá un importante ahorro energético y económico a las arcas municipales, además de luchar contra el cambio climático al utilizar una energía verde, limpia y sostenible. Además, también se ha instalado una caldera de biomasa, que ha sido visitada por el primer edil oliventino, cuyo montante económico ha sido el de mayor cuantía, con 235.334,13 euros dedicados a la sustitución de la vieja caldera de gasoil por otra de pellet, que también conllevará un ahorro energético al tratarse de energías no contaminantes y de una instalación eficiente.

A esta nueva caldera estará conectado el nuevo sistema de calefacción y agua caliente, que incluye el cambio de tuberías y radiadores. Las obras aún se están ejecutando y cuentan con una dotación de casi 75.500 euros.

El alcalde oliventino ha valorado positivamente estas inversiones que mejorarán sustancialmente el bienestar de los usuarios y cuidadores, y ha anunciado algunas inversiones futuras para el centro como son sustitución de ventanas exteriores para así mejorar la eficiencia energética y reducir el consumo energético, ‘que hoy día están disparados para todos, en nuestras casas, empresas y también para las administraciones públicas’.

Según datos de AVEBIOM, de las 23 piscinas climatizadas operativas en Extremadura, 11 utilizan EE.RR. (solar térmica, solar fotovoltaica y biomasa) y concretamente 10 son las que utilizan biomasa. Esto situará a Extremadura a la cabeza de Comunidades Autónomas con mayor penetración de la biomasa en este tipo de instalaciones deportivas, que tienen un gran consumo térmico y donde el uso de la biomasa, bien gestionada, minimiza los costes energéticos manteniendo la continuidad de este servicio público.

Con los pisos tutelados de Bodonal de la Sierra, Cabeza del Buey y San Vicente de Alcántara, junto con la Residencia Geriátrica de La Albuera y la reciente de Olivenza, son ya 23 los centros extremeños que utilizan biomasa para su calefacción y ACS, dando cobertura a 978 plazas de residentes, con una potencia total acumulada que supera los 2,7 MW.

También siguen desarrollando proyectos de redes de calor para edificios públicos en algunos municipios de la comunidad.  Por ejemplo, en San Vicente de Alcántara se han conectado cuatro edificios: el Centro Asociaciones, el Centro de Formación, la sede del Ayuntamiento y los pisos tutelados y en los dos de Castuera se integran, por una parte, los 4 edificios docentes del colegio “Pedro de Valdivia” y por otra parte, se une el colegio “Joaquín Tena”, la guardería y la biblioteca.

Una investigación estudia la viabilidad de cultivar árboles en seto entre los paneles solares

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Una simulación aborda la combinación entre agricultura y producción de energía fotovoltaica en un mismo terreno, hasta ahora limitada a plantas de poca altura, para árboles de mayor tamaño, e identifica un espacio geométrico entre las filas de los paneles solares en los que el cultivo sería rentable

La agrivoltaica permite compatibilizar la producción de energía solar y la explotación agrícola en un mismo terreno, un dos por uno en el que la agricultura y las energías renovables se dan la mano, y aunque su uso aún no está extendido, podría ser especialmente útil en zonas con alta densidad de población en los que el sector primario y la industria fotovoltaica compiten por la escasa disponibilidad del suelo. Una posibilidad especialmente interesante en las regiones que concentran más densidad de plantas fotovoltaicas de mayor tamaño, como son Extremadura, Andalucía y Castilla-La Mancha.

Este modo de producción se ha limitado durante la última década a la plantación de hortalizas y cereales de poca altura, para evitar, así, que las sombras de las plantas interfieran en la cantidad de luz que reciben las placas. Ahora, una investigación ha puesto sobre la mesa que este tipo de sistemas en los que paneles solares conviven con las plantaciones en la misma superficie también podrían ser viables para el cultivo de árboles en seto.

Esta es, al menos, una de las principales conclusiones de un estudio elaborado por el equipo de investigación ‘Física para las Energías y Recursos Renovables’ de la Universidad de Córdoba, en el que se ha realizado una simulación del sombreado que se produciría entre estos cultivos y las placas solares móviles, un tipo de colectores «que giran sobre un eje horizontal para optimizar la captación de luz», destaca el investigador Francisco Casares de la Torre, uno de los autores que ha participado en el trabajo.

El estudio ha conseguido identificar un espacio geométrico entre las filas de los paneles en el que el cultivo de árboles en seto podría ser rentable. Concretamente, según los resultados del trabajo, en el caso de olivares de hasta 3 metros de alto y 1,5 metros de ancho, la ratio de suelo equivalente podría aumentar hasta un  47%. Esto quiere decir que una sola hectárea de suelo podría generar la misma producción agrícola y fotovoltaica que 1,47 hectáreas en el caso de que ambas se generaran por separado en superficies diferentes. «Con la agrivoltaica, necesitaríamos menos suelo para producir lo mismo, por lo que se obtiene un uso más eficiente del terreno», subraya Marta Varo, otra de las autoras que ha participado en la investigación.

Si bien es cierto que, en este tipo sistemas, la producción agrícola y fotovoltaica disminuye de forma individual, la combinación de ambas en una misma superficie podría aumentar el rendimiento económico global del terreno. Para ello, es esencial la oscilación de los paneles solares móviles, cuyo movimiento ha sido simulado en este trabajo con el objetivo de corregir las posibles sombras que puedan producirse a lo largo del día en función de la orientación del sol. «Hemos propuesto una nueva estrategia de seguimiento y retroceso de las placas solares, en la que jugamos con su orientación para optimizar al máximo el sistema», destaca Luis Fernández de Ahumada, investigador del área de Ingeniería de Sistemas y Automática de la Universidad de Córdoba

El grupo responsable del estudio (TEP-215) colabora desde hace años en del desarrollo de soluciones tecnológicas que optimizan el aprovechamiento de las energías renovables y su sostenibilidad. Sus líneas de trabajo abarcan campos como el de la fotovoltaica, las redes de riego, o los vehículos eléctricos y el equipo ha colaborado en varios proyectos de investigación como ‘Agrilight’, ‘Helio4learning’ o ‘Gosuber’.  Además, el grupo ha participado en el desarrollo de varias patentes sobre plantas de energía solar y heliostatos, espejos que permiten dirigir los rayos del sol en una determinada dirección a pesar del movimiento de la Tierra.

Ahora, cuarenta años después de que el concepto agrivoltaica fuera esbozado por primera vez, y tras una década en la que se han puesto en marcha varios proyectos piloto, esta nueva investigación sugiere que este modo de producción, según subraya la investigadora Marta Varo, «tiene proyección de futuro», un modo de producción aliado de la llamada transición ecológica y que busca compartir un recurso limitado como el suelo.