Las comercializadoras independientes ya superan los 2 millones de clientes en el mercado de consumo eléctrico español
El mapa del consumo energético en España y Extremadura está cambiando a marchas aceleradas. Y no solo por la irrupción del autoconsumo, sino también por el auge comercial que están tomando las pequeñas empresas independientes que siguen arañando cuota de mercado a las grandes.
Según datos de PODO, una de las comercializadoras independientes más activas, durante el 2018 este tipo de empresas alcanzaron los dos millones de clientes, con una cuota de mercado superior al 11%, lo que representa un 57% más que hace solo dos años.
A nivel extremeño, aunque no hay datos oficiales, los datos son mucho más modestos y estarían en el entorno de los 5.000 contratos entre las comercializadoras independientes más conocidas como Holaluz, Gesternova –muy activa en contratos con instituciones en la región–, PODO o Gana Energía. El peso de estas pequeñas comercializadoras es mucho mayor en el sector de pymes que en clientes individuales, incluso el doble.
La tendencia a ganar cuota se mantiene al alza año a año: solo en 2018, más de 746.000 puntos de suministro se pasaron a las comercializadoras independientes, lo que supone que 1 de cada 4 clientes que cambian lo hacen a estos actores (en 2017 era 1 de cada 5 y en 2016, no se alcanzaba este ratio).
“Este salto no es algo marginal e indica que este mercado en España empieza a parecerse al de otros europeos donde las comercializadoras independientes se han desarrollado de forma más intensa, como en Reino Unido, donde 1 de cada 3 clientes que cambia lo hace a una compañía de este segmento”, explica Joaquín Coronado, fundador y consejero delegado de Podo.
En la mayoría de los casos, este tipo de comercializadoras, que se centran mucho en clientes particulares, pymes y comercios, han comenzado a ofertar tarifas planas de consumo –similares al modelo de las empresas de telefonía– y también energía verde de origen renovable. Por ejemplo, PODO acaba de anunciar la compra a largo plazo de la producción de plantas fotovoltaicas de nueva construcción.
“No se trata de repartir los certificados de origen renovable que ya existen, sino de construir nuevas plantas que sustituyan a las existentes y mejorar las emisiones de todo el sistema eléctrico”, explica Joaquín Coronado, fundador y consejero delegado de Podo.