La rebelión de los agricultores y ganaderos contra los grandes parques renovables que afectan a sus tierras no llega a Extremadura
Años atrás las organizaciones agrarias representativas de la región protestaron contra el uso de alpacas de paja en una de las plantas de biomasa ubicadas en la región, al sugerir que su uso elevaba el precio de la paja para consumo animal y distorsionaba los precios. Sin embargo, en otras regiones, especialmente en Castilla y León, se ha generado en los últimos meses un fuerte movimiento de protesta de ganaderos y agricultores contra grandes proyectos de energías renovables, tanto fotovoltaicos como eólicos, al considerar que les están dejando sin algunas de sus mejores tierras de pastos y de cultivo. E incluso algunas denuncias ya están llegando a los tribunales. Además, los agricultores también aseguran que los promotores de estos grandes proyectos renovables no solo deben negociar con los propietarios de los terrenos sino también con los arrendatarios de los mismos para poder ejercer sus derechos.
En el caso de Extremadura, la gran mayoría de los proyectos fotovoltaicos desarrollados y en tramitación se están realizando en grandes fincas dedicadas a la ganadería no intensivo de vacuo o ovino sobre todo, y en menos casos a cereal o producción de paja. En otros casos, el único uso que tenía durante unos pocos meses al año era la caza, como coto privado o en acuerdos con las sociedades de cazadores locales.
El último caso se ha producido en el municipio abulense de Las Navas del Marqués donde Asaja ha anunciado que se personará judicialmente contra el proyecto del parque fotovoltaico proyectado en el municipio de Las Navas del Marqués, en unos terrenos de la Sociedad Montes de las Navas de propiedad municipal. Se trata de una finca de 700 hectáreas que alberga buenas zonas de pastos.
En la provincia de León han surgido también protestas por parte de las asociaciones de agricultores y ganaderos para que los arrendatarios de las tierras en las que se van a ubicar proyectos de energías renovables puedan tener algo que decir en la tramitación de los mismos. Hay que tener en cuenta que en provincias como León cerca del 70% de los territorios agrícolas y ganaderos está arrendado, es decir, es trabajado por una persona que no es su dueño. Y en algunos casos llevan décadas haciendo. Muchas de estas tierras pertenecen a ayuntamientos o junta vecinales. Los representantes de los ganaderos y agricultores piden a las promotoras de los parques fotovoltaicos y eólicos que éstos se ubiquen más en tierras de eriales y monte bajo y en en zonas de pastos o cultivables de cereal.
Otra de las peticiones que ha realizado Asaja en Castilla y León es que las líneas de evacuación de dichos proyectos vayan soterradas.