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La producción de pellet de madera en Extremadura superó las 7.100 toneladas en 2019

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En 2010, España contaba con 29 fábricas de pellet que produjeron 150.000 toneladas, principalmente destinadas al mercado exterior. En 2019, las 82 fábricas que operan en España  han producido 714.000 toneladas con destino principal el mercado interior, lo que, además, es un 20% más que en 2018. En el caso de Extremadura, su producción supone en torno al 1% del total nacional, algo más de 7.100 toneladas en el año 2019.

De esta producción, el 77% se destina a uso doméstico, siendo los sacos de 15 kilogramos la forma más común de consumo en el mercado interno. Son datos del Informe Estadístico Anual sobre el Mercado del Pellet en España que ha elaborado recientemente AVEBIOM, la Asociación Española de Valorización Energética de la Biomasa.

Por comunidades autónomas, destaca la producción de Castilla y León con más 223.000 toneladas, seguida por Cataluña con 97.000 toneladas y en tercer lugar por Galicia con una producción de 86.000 toneladas. Por otra parte, hay fábricas en 16 de las 17 comunidades autónomas, lo que ha generado miles de nuevos empleos estables en el medio rural.

Además de ser año récord en términos de producción, 2019 también lo ha sido en volumen importado desde Portugal. Un exceso de producción en el país vecino, provocado por una menor demanda del mercado británico, ha facilitado la entrada en España de 160.000 toneladas de pellet.

Este aumento de la importación, unido al suave otoño en España, ha provocado que los almacenes de fabricantes y distribuidores españoles estuvieran llenos y que las plantas no hayan dudado en ajustar el ritmo de fabricación para adaptarse a la demanda actual.

Por otro lado, a causa del COVID-19 se ha ralentizado la instalación de nuevas calderas y estufas de pellets, por lo que se espera que el aumento del consumo en España durante 2020 se quede en el 2%, cuando la tendencia del crecimiento medio del consumo de pellet en España en los últimos tres años fue del 12%.

Las expectativas para la producción de pellet de madera en España en 2022 son mucho más optimistas que para 2020, con una cifra que se acercará a las 900.000 toneladas. A pesar del anormal desplome de los precios del petróleo, se espera una serie de medidas legislativas desde el Gobierno de España para impulsar el uso de las energías renovables en los próximos años.

La Junta subvenciona las fábricas de pellets de Moraleja, Caminomorisco y Herrera del Duque, y una de carbón vegetal en Fregenal de la Sierra

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La Consejería para la Transición Ecológica y Sostenibilidad ha resuelto favorablemente 6 solicitudes de ayuda, por un importe de más de 7 millones de euros, destinadas a la implantación de nuevas industrias dedicadas a la fabricación de biocombustibles sólidos a partir de biomasa forestal y de residuos agrícolas, incluidos los pellets y el carbón vegetal, así como a la ampliación y mejora de otras existentes.

La línea de ayudas cuenta con un fondo de 12,14 millones de euros para subvencionar con el 30 por ciento de la inversión cada proyecto, con un máximo de 2 millones de euros por establecimiento industrial. En conjunto, las seis solicitudes aprobadas suponen una inversión de 30.948.895 euros, de los que la Consejería para la Transición Ecológica y Sostenibilidad aportará 7.066.439 euros.

Las mayores inversiones corresponden, por un lado, a los 3 proyectos para la construcción de fábricas de pellets, con un importe global de alrededor de 27,3 millones de euros, y por otro, a la solicitud para la fabricación de carbón vegetal en la que el promotor ha previsto una inversión de 3,4 millones de euros.

Las nuevas industrias de pellets, que percibirán la subvención máxima de 2 millones de euros, se ubican en Caminomorisco, Moraleja y en Herrera del Duque, y se estima que podrían producir alrededor de 225.000 toneladas de pellets anuales, mientras que la fábrica de carbón vegetal, que ha percibido la subvención de casi un millón de euros, se instalará en la localidad de Fregenal de la Sierra. Se estima una producción de alrededor de 6.000 toneladas de carbón vegetal.

Asimismo, la Consejería para la Transición Ecológica y Sostenibilidad ha resuelto favorablemente otras dos solicitudes en las que sus promotores pretenden la mejora de sus instalaciones y/o maquinaría, con una inversión de 234.685,75 euros.

El objetivo final de esta convocatoria novedosa es generar empleo en el ámbito rural extremeño mediante el aprovechamiento energético de la biomasa residual procedente de cultivos agrícolas como arroz, tomate, frutales, olivos, viña, tabaco, etcétera, y de biomasa forestal de monte y dehesa, de las que hasta ahora sólo se aprovecha en torno a un 10 por ciento, según ha explicado la consejera para Transición Ecológica y Sostenibilidad, Olga García.

Para la consejera, este objetivo está “directamente vinculado” a favorecer un modelo de desarrollo sostenible, puesto que las energías renovables es uno de sus elementos principales.

“En esta convocatoria unimos además varios factores que son prioritarios para la Junta de Extremadura, además del desarrollo de las energías renovables y la lucha contra el cambio climático, la descarbonización de nuestra economía crea empleo y mantiene la actividad económica en el medio rural. Un futuro limpio, sin combustibles fósiles, son los cambios que necesitamos, ahora más que nunca ante este nuevo escenario que ha provocado el COVID”, asevera Olga García.

En Extremadura funcionan 10.500 equipos que consumen biocombustibles, como astilla, pellets y hueso de aceituna

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Planta de pellets de la empresa Naturpellets

Texto:
Juan Jesús Ramos
Responsable del Observatorio Nacional de Calderas de Biomasa (ONCB) en AVEBIOM

Extremadura es una de las Comunidades Autónomas que apuesta fuerte por las energías renovables, y especialmente por la biomasa, al menos desde la Administración Autonómica. Sus responsables técnicos y políticos han entendido las aportaciones beneficiosas directas e indirectas que el uso de la biomasa despliega en ámbitos concretos de la economía y el medio ambiente extremeño. Este escenario se ha hecho visible en diferentes líneas de ayudas públicas abiertas en 2018 y principios de 2019.

Fabricación de biocombustibles sólidos
Han sido las ayudas de mayor cuantía. Destinadas a la construcción, ampliación, mejora y/o adaptación de establecimientos industriales dedicados a la fabricación de biocombustibles sólidos entre los que se incluye también el carbón vegetal. La gestión de estas ayudas corre a cargo de la Consejería de Economía e Infraestructuras, a través de la DG de Industria, Energía y Minas, que puso a disposición un presupuesto de 12,14 millones de euros. Estos fondos cofinanciados por Europa, procedían del Programa Operativo del Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (FEADER) con cargo al Programa de Desarrollo Rural de Extremadura 2014-2020.

De esta línea hemos conocido que se van a llevar a cabo tres proyectos de plantas de pellet de madera que se ubicarán en Moraleja (Cáceres) a través de la empresa PELLEX ENERGÍA, S.L., en Herrera del Duque (Badajoz) con la empresa PELLEST HERRERA, S.L. y en Caminomorisco (Cáceres) por medio de la empresa PELLETS HURDES, S.L.

Para las 2 primeras el inicio de las obras será inminente, a lo largo del verano de 2019 y la puesta en marcha está prevista para febrero de 2020. Ambas plantas, prácticamente gemelas, tendrán una capacidad de producción de 75.000 toneladas anuales de pellet que irán destinados tanto a la exportación (entre un 60 y un 80%) como al mercado local y nacional.

El proyecto de la planta de Caminomorisco tiene otros plazos diferentes, con un inicio de la construcción a finales del 2020 y puesta en marcha en 2021. Igualmente la capacidad máxima de producción estará diseñada para 75.000 tonelada anuales.

La materia prima utilizada para la fabricación de los pellet será madera de pino descortezado, proveniente de la gestión forestal sostenible de masas de pino repoblado en Extremadura, concretamente de los pies no utilizables para sierra. El material proveniente de las copas y una parte de las cortezas se destinará a la generación de calor para el tromel de secado. El suministro de material está garantizado ya que los promotores de estas iniciativas han firmado acuerdos con la Junta de Extremadura para la explotación de los montes públicos, dentro del Plan de prevención de incendios y ordenación de los montes extremeños.

La inversión prevista para cada una de las plantas asciende alrededor de 10 Mll de €, de los que la subvención pública asciende a 2 Mll de € por planta.

Línea de fomento de instalaciones
Han sido varias las líneas de ayuda que arrancaron durante el ejercicio 2018 o principios del 2019 a las que se han podido acoger las personas físicas, las Comunidades de Propietarios, las Asociaciones sin Ánimo de Lucro, los Municipios y Entidades Locales Menores, las empresas y sus agrupaciones y los proveedores de servicios energéticos.

La primera de ellas, destinadas al fomento de instalaciones de energías renovables cuyas bases reguladoras se establecieron en el DECRETO 110/2018, de 17 de julio y cuya convocatoria para los ejercicios 2018 y 2019 se aprobó a través de la ORDEN de 24 de julio de 2018. Con esta ayuda, la Administración pretende promover el uso de las energías renovables a favor de un modelo de desarrollo sostenible basado en la economía verde y a la vez reducir las emisiones de gases efecto invernadero a partir del mejor uso de la energía y de la promoción de las renovables. El presupuesto designado, para la biomasa sólida, en las tres próximas anualidades, asciende a algo más de 1.860.000 € y 1.200.000 € para el fomento del uso del biogás en empresas. Por tanto, de una dotación total para esta línea de 6.581.646 €, a la biomasa le correspondería el 46,5% de las ayudas.

De la información facilitada por la propia Consejería de Economía e Infraestructuras en los primeros 6 meses transcurridos desde la apertura de las ayudas, el 21,4% de los expedientes fueron para implementar biomasa, que de manera mayoritaria correspondían a beneficiarios domésticos, mientras que las peticiones de empresas y Entidades locales habían sido muy escasas.

Una segunda línea de ayudas se destinó a fomentar y divulgar las actuaciones de ahorro y eficiencia energética y el uso de las energías renovables en las empresas, en especial en las pymes extremeñas y en los municipios,  con un presupuesto total de 2,3 millones de euros.

Una tercera línea regulada por la Orden de 28 de diciembre de 2018, adscrita al Plan Estatal de Vivienda 2018-2020 y gestionada por la Secretaria General de Arquitectura, vivienda y políticas de consumo, añade a las líneas tradicionales de autopromoción, alquiler, rehabilitación y accesibilidad, un programa de ayudas a la mejora de la eficiencia energética de las viviendas, por las que se podrá recibir entre un 40% y un 75% de la inversión por la instalación de equipos generadores de energía

Plan 700 de la Junta
La Junta de Extremadura presentó en 2018 el Plan de Eficiencia Energética para el parque de edificios públicos propiedad de la Administración Autonómica. De los cerca de 750 edificios contabilizados, se pretende actuar en alrededor de 700 hasta el año 2030 y movilizar, en ese período, 229 millones de euros, con reformas que propicien un ahorro en el consumo de energía y la puesta en funcionamiento de instalaciones de biomasa y captadores solares para obtener energía solar térmica y fotovoltaica.

El foco de buena parte de las actuaciones correspondería al Servicio Extremeño de Salud, ya que se ha comprobado que el 40% del consumo energético de los edificios públicos de la Junta de Extremadura lo gastan los 12 hospitales públicos, a lo que se sumaría otro 29% de los centros asistenciales (residencias de mayores y los dos centros sociosanitarios que fueron los antiguos hospitales psiquiátricos de Mérida y Plasencia).  La primera actuación prevista será el hospital de Llerena (Badajoz) donde se sustituirán los combustibles fósiles por nuevas calderas de biomasa hibridadas con energía solar. La financiación de este Plan procederá en su mayor parte de la iniciativa privada, a través de ESEs (Empresas de Servicios Energéticos), complementada con fondos públicos (Fondos FEDER y líneas de ayuda estatal, en su mayoría).

Observatorio de la Biomasa
Según las estimaciones del Observatorio de la Biomasa para 2018, en Extremadura hay funcionando cerca de 10.500 equipos que consumen biocombustibles, principalmente astilla, pellet y hueso de aceituna.

En este último año, el incremento de nuevos equipos ha sido del 22%, manteniendo una tendencia muy positiva, que se focaliza en las estufas para uso doméstico. La potencia acumulada suma ya 440,9 MW, con un incremento del 9,1% esta anualidad.

El volumen de negocio de la biomasa térmica en Extremadura, se sitúa en torno a los 33 millones de euros, algo menos que en 2017, manteniéndose los puestos de trabajo en el rango de los 360-370 trabajadores. La energía que aporta la biomasa térmica cada año se calcula en torno a los 56.000 Ktep, equivalente a la sustitución de 65 millones de litros de gasóleo. La reducción de emisiones de CO2 se sitúa sobre las 173.000 toneladas anuales.

Secaderos de pimientos
Las ayudas destinadas al fomento de la utilización de biocombustibles en el secado tradicional del pimiento para pimentón en la Comarca de la Vera tuvieron continuidad en 2018, su tercera campaña, mediante la Orden de 26 de junio de 2018. El número de productores que utilizaron estas ayudas fue de 329, muy similar a las convocatorias pasadas, logrando secar 2.385 toneladas, alrededor del 60% de la producción de pimiento para pimentón.

Proyectos microgeneraciones
Quiero reseñar dos actuaciones de relevancia en el I+D+i puestas en funcionamiento en Extremadura en los primeros meses del 2019 y con la biomasa de protagonista. Por una parte, la planta experimental de micro-trigeneración diseñada por la Universidad de Extremadura, gracias al proyecto europeo TRIBAR y ubicada en las instalaciones de la empresa MARLE en Gévora (Badajoz). Utiliza biomasa como combustible principal (podas y subproductos agroindustriales) y energía solar de concentración para producir energía eléctrica, unos 50 kW eléctricos, y energía térmica, unos 400 kW de calor y 35 kW de frío.

Otro de los proyectos de interés es la instalación de la primera caldera de pequeña potencia con motor Stirling en el Centro de Investigaciones Científicas y Tecnológicas de Extremadura [CICYTEX]. Es una caldera de condensación Ökofen con la que se podrá obtener calor para calefacción y también electricidad a partir de la combustión de los pellet.