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Ence adopta el nombre de Ence Energía y Celulosa para potenciar su imagen productora de renovables

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La empresa Ence, que promueve la construcción de dos plantas de producción de energía con biomasa en Mérida y Alcántara, ha adoptado la marca Ence Energía y Celulosa para potenciar su imagen de productora de energía renovable.

La empresa puso en marcha en el año 2010 un Plan de Energías Renovables que concluirá en el año 2015 y que permitirá la construcción de 9 plantas de biomasa de producción energética en diferentes regiones españolas, para producir 210 MW en conjunto. Dos de estas plantas estarán ubicadas una en Mérida -que está cerrando su financiación en la actualidad- y otra en Alcántara.

El desarrollo de esta línea de negocio supondrá unos ingresos adicionales de 225 millones de euros anuales y un Ebitda recurrente adicional de 80 millones de euros cada año. La inversión industrial en estas nueve plantas superará los 90 millones de euros.

Junto con la construcción de las plantas se desarrollará la plantación de hasta 40.000 hectáreas de cultivos energéticos, especialmente chopos, también en Extremadura, para garantizar el suministro a las plantas.

Además de su negocio de producción de celulosa para papel, Ence Energía y Celulosa dispone ya de una potencia instalada de 180 MW en sus factorías. Recientemente ha conseguido la Declaración de Impacto Ambiental para su planta de Melgar de Fernamental, en Burgos.

La futura PAC podría incentivar los cultivos energéticos

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Según un informe publicado el pasado año por la consultora Boston Consulting Group en colaboración con la empresa Ence bajo el título de  “El valor de la Biomasa Forestal”, cada megavatio de potencia instalado en el sector se traduciría en 9 empleos inducidos, de los que el 90% serían en el ámbito rural y forestal.

Según este informe, España dispone de 6,5 millones de toneladas de residuos forestales en sus montes que actualmente no se aprovechan. Además, sería viable la plantación de hasta 350.000 hectáreas de cultivos energéticos como el chopo para producir unas siete millones de toneladas anuales de biomasa verde.

El aprovisionamiento de las plantas de biomasa en toda Europa se realiza de diferentes formas: mediante residuos forestales como de las industrias madereras, con residuos agrícolas leñosos procedentes de podas, agrícolas herbáceos como la paja, residuos de industrias agrícolas.

La nueva Política Agraria Comunitaria (PAC) que se debate estas semanas en Bruselas para su aplicación a partir del 2013 podría incentivar más que el modelo actual de ayudas los cultivos energéticos en el medio agrario.

La biomasa se va abriendo un  hueco en el mundo de las energías renovables. Según los datos de Red Eléctrica de España, la energía generada por biomasa y biogás creció un 9,4% durante el 2010 al pasar de 2.850 Gigawatios/hora a los 3.119 Gw/h.

Pese a ello, otras energías renovables que partían de una posición inferior como son la fotovoltaica y la solar termoeléctrica han conseguido superar la producción eléctrica de la biomasa. La distancia en la potencia instalada es espectacular frente a otro tipo de energías porque mientras la biomasa y biogás apenas alcanzan los 700 MW la eólica supera los  20.000 MW y la fotovoltaica los 3.500 Mw.

Andalucía y Asturias son las regiones españolas con mayor potencia instalada de biomasa y biogás, gracias sobre todo a las plantas de la papelera Ence tiene operativas allí.

Medio Ambiente rechaza un proyecto de cultivos energéticos de 250 hectáreas en Talaván

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La moda de los cultivos energéticos para la producción de biomasa no siempre llega a buen puerto en Extremadura. La Junta de Extremadura ha considerado “inviable” desde el punto de vista ambiental el proyecto que la empresa Cultivos Energéticos de Extremadura S.L., pretendía llevar a acabo sobre 250 hectáreas en la localidad cacereña de Talaván.

El proyecto consistía en la plantación de paulownia, un árbol de muy rápido crecimiento, en marcos de 4 por 2,5 metros y con riego por goteo. El agua necesaria, unos 1.995 metros cúbicos por hectárea, provendrían de una toma del embalse de Alcántara que irían a parar a una balsa de almacenamiento al oeste de Talaván.

Además de la citada empresa, el propio Ayuntamiento de Talaván participaba en el proyecto al ser la propietaria de los terrenos.

Según informó la Junta de Extremadura, fue la Dirección General del Medio Natural quien consideró que el proyecto de cultivos energéticos previsto podría afectar a diversas especies de aves por encontrarse muy cerca de la zona ZEPA del embalse de Talaván. Las 250 hectáreas donde se querían plantar paulownia suelen estar sembradas de cereal estepario y dedicarse al pastoreo y las rastrojeras.

Además de su impacto ambiental, la Junta también pone en entredicho la viabilidad del proyecto en el terreno elegido, ya que “no hay experiencias contratadas con éxito en Extremadura sobre la viabilidad de este cultivo”. Según los técnicos de la Junta, sí las hay en zonas de vegas de río.

La paulownia está siendo una de las especies más plantadas para el suministro de las industrias de biomasa, ya que asegura rendimientos de 35 a 45 toneladas anuales por hectárea de biomasa aprovechable suficientemente seca. El número de árboles por hectárea suele oscilar entre 1.500 y 2.000.