Portugal ya consigue el 75% de su producción eléctrica con hidráulica y eólica
Portugal, que comparte una amplia frontera con Extremadura, y varios programas de cooperación transfronteriza en materia energética, se ha convertido en un ejemplo del modelo renovable en Europa.
Durante el pasado mes de mayo fue el primer país europeo en el que su sistema eléctrico solo funcionó con energía de origen renovable durante cuatro días, no solo unas horas seguidas. En total fueron 107 seguidas en las que el país luso solo dependió de energías no fósiles: la eólica y la hidráulica fundamentalmente.
Durante lo que llevamos de 2016, en torno al 74% de la energía producida en Portugal procede de fuentes no fósiles, entre las que destaca especialmente la de origen hidráulica, con un 44% del total, gracias sobre todo al impacto de Alqueva. La obra consistió en la construcción de un embalse en el tramo internacional del río Guadiana con 4.150 hm3 de capacidad, y que cuenta con una central hidroeléctrica reversible de 240 MW (dos grupos de 120 MW).
Y en el futuro, también al megaproyecto hidroeléctrico que promueve la española Iberdrola en el Alto Támega que prevé la construcción a lo largo de nueve años de tres grandes presas: Gouvães, Daivões y Alto Támega. La inversión prevista será de unos 1.000 millones de euros, con una capacidad de 1.158 Mw de potencia, de los que la de Gouvães concentrará la mayor parte, unos 880 MW. Al igual que la central de Foz Tua adjudicada recientemente a EDP por el Gobierno portugués dentro del Programa Nacional de Presas de Alto Potencial Hidroeléctrico (PNBEPH).
También es muy importante la energía eólica con un 25% del total, según datos de APREN, la asociación empresarial de las energías renovables del vecino país. Muy importantes en el futuro serán los proyectos de eólica marina, sobre todo en la zona de Peniche, una de las que concentra mayores olas de la península.
La biomasa ya supone en torno al 4% del total, aprovechando la gran riqueza forestal del norte del país, sobre todo de eucalipto asociada a las grandes industrias papeleras. Las energías procedentes de la tecnología solar solo suponen el 1% del total de la energía producida, lo que abre las puertas a desarrollo futuros y oportunidades de negocio para las empresas españolas del sector, entre ellas, las extremeñas.