Las gasolineras automáticas aseguran generar un ahorro de 395 millones de euros al año a los conductores extremeños
Las gasolineras automáticas generan un ahorro medio de 395 millones de euros a la sociedad extremeña gracias a la competencia que generan en el sector, según las estimaciones que maneja la Asociación Nacional de Estaciones de Servicio Automáticas (Aesae) con base en el informe publicado por la OCU en abril de 2018.
De esta manera, los extremeños disminuyen la partida familiar dedicada a la compra de combustible y trasladan ese ahorro a otras partidas como la alimentación o el ocio. “La primera partida que las familias extremeñas pueden disminuir con su decisión de compra es la del carburante, ya que ahora tienen la posibilidad de acceder a un carburante de calidad a un menor precio”, asegura Manuel Jiménez Perona, presidente de Aesae.
El aumento de la competencia en el mercado del carburante hace que los precios disminuyan beneficiando, así, que cada extremeño pueda ahorrar una media de 300 euros al año, ya que, al abrir una gasolinera automática, el precio de la zona disminuye una media de entre 10 a 15 céntimos por litro. “Sin embargo, los extremeños no podrán continuar beneficiándose de esta apertura del mercado como hacen en Cataluña, Valencia o Andalucía, ya que las autoridades autonómicas han aprobado una modificación del Estatuto del Consumidor, que, de forma indirecta, pretende obligarnos a poner personal impidiendo que podamos ser competitivos, bajar precios y que se perpetúe así el oligopolio que domina las estaciones tradicionales”, afirma el presidente de Aesae.
La motivación, que esgrime el ejecutivo autonómico para limitar este modelo de negocio, es que deben ser totalmente accesibles, excusando esta obligación en las personas con discapacidad. La obligación de accesibilidad, a juicio de la patronal de las estaciones automáticas, es de todos los lugares públicos y, abarca a todas las estaciones de servicio sin excepción. El Ejecutivo extremeño pretende mediante un juego dialéctico, eximir de esta obligación legal a las estaciones tradicionales, excediéndose en sus atribuciones. El hecho de tener personal no les exime de ser accesibles, al igual que lo son las estaciones de metro o de autobuses, que también deben ser accesibles, aunque haya personal dentro de ellas.
“Los socios de Aesae se han comprometido para que todas sus nuevas estaciones sean accesibles y para luchar porque todas las gasolineras en España cumplan con la Ley de Accesibilidad Universal”, explica Manuel Jiménez Perona, presidente de Aesae. De esta manera, las estaciones tradicionales pretenden eludir el cumplimiento de la legalidad, obteniendo una eximente sin soporte jurídico alguno.
Esta medida, según AESAE, precede a tantas otras que ya se han intentado aprobar y cuyo objetivo fue terminar con un modelo de negocio que rompe el oligopolio, favorece la competencia y por tanto beneficia a todos los consumidores. “Es vergonzoso que el ejecutivo utilice a las personas con discapacidad en beneficio de unos pocos que no quieren competir en un sector importantísimo para el ciudadano. Esta medida es un claro ataque al libre mercado y a la libre competencia, ya que lo único que pretenden es que no podamos competir, de igual a igual, con las gasolineras tradicionales y perpetuar así el oligopolio del sector”, afirma Jiménez Perona.
“Vamos a defender nuestra posición ante las autoridades de la Competencia tanto nacionales como de la Unión Europea, y esperamos que éstas atiendan nuestra denuncia ya que la Asamblea de Extremadura, por segunda vez en dos años ha preferido no escuchar nuestra posición durante el proceso de aprobación de la modificación del Estatuto”, indica Jiménez Perona.