calderas de biomasa

El nuevo reglamento de ecodiseño que prepara la Unión Europea será más exigente con las emisiones de las calderas de biomasa

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La revisión del Reglamento de Ecodiseño que está llevando a cabo la Comisión Europea desde principios de año va a introducir cambios que pueden afectar de manera significativa a los fabricantes de calderas y estufas de biomasa, según ha informado AVEBIOM.

El primer borrador con las modificaciones propuestas por la Comisión Europea que se ha conocido a principios de año ha generado gran preocupación en la industria, ya que incluye requisitos técnicos tan exigentes que podrían llegar a afectar a la continuidad de numerosas empresas del sector en toda Europa. 

La revisión del reglamento introduce una serie de modificaciones que afectan tanto al alcance como a los requisitos técnicos de las calderas y estufas de biomasa. Son medidas que pretenden mejorar la eficiencia energética y reducir las emisiones, pero plantean una complicada coyuntura para los fabricantes, que deberán adaptarse a nuevas y muy exigentes normativas en un plazo de tiempo relativamente corto. 

Según ha informado AVEBIOM, entre las modificaciones propuestas para el nuevo reglamento de calderas figuran: 

  1. Ampliación del ámbito de aplicación. Se extiende el alcance del reglamento a calderas con una potencia térmica de hasta 1.000 kW (anteriormente limitado a 500 kW); y se incluyen las calderas que utilizan combustibles de biomasa no leñosa (huesos de aceituna, orujillo, paja, cáscaras de girasol, entre otros). 
  2. Límites de emisión más estrictos. Se establecen nuevos límites de emisiones estacionales de partículas (PM), reduciéndolos de 40 mg/m3 a solo 3 mg/m3 (con 10% de O2) para calderas de biomasa leñosa, un umbral considerado inalcanzable por la industria. Para la biomasa no leñosa, el límite de PM se fija en 30 mg/m3, lo que también supone un reto considerable para los fabricantes. Se endurecen los límites de emisiones de CO y NOx, lo que podría impactar negativamente en la competitividad de las calderas de biomasa frente a otras tecnologías. 
  3. Exigencias técnicas adicionales. Se establece la obligatoriedad del control automático de la combustión (ACC) para todas las calderas, lo que podría excluir modelos sin componentes electrónicos y aumentar los costes de fabricación, y se introduce un límite máximo de consumo energético en modo de espera. 
  4. Plazos de implantación. La aplicación del nuevo reglamento está prevista para el 1 de julio de 2027, un plazo demasiado corto para que los fabricantes, especialmente las pymes, adapten sus productos y procesos de producción. Se prevé un colapso en la capacidad de los laboratorios de certificación debido a la demanda masiva de pruebas para cumplir con los nuevos requisitos. 

Las principales modificaciones que afectan a las estufas de biomasa son:

  • Introducción de una nueva fórmula de eficiencia estacional, que penaliza injustamente a las estufas de leña de alta eficiencia.
  • Aplicación de una nueva metodología de ensayo, que no ha sido suficientemente validada, contradice normativas existentes y aumenta los costes de certificación sin una justificación clara.
  • Obligatoriedad de instalar control automático de la combustión (ACC). Afecta a los aparatos no eléctricos (prácticamente todas las estufas) y podría dar lugar a una combustión ineficiente en los equipos de leña, que no cuentan con una evaluación estandarizada de la eficiencia.

De aprobarse la propuesta de nuevo reglamento, el cumplimiento de los requisitos obligaría a desarrollar e instalar nuevas tecnologías en un tiempo récord, incrementando de manera sustancial los costes de producción y certificación de los equipos. Además, muchas empresas podrían verse obligadas a retirar del mercado modelos de calderas o estufas que no puedan cumplir con los nuevos límites de emisión, lo que reducirá la oferta disponible.  

El sector también teme que los aparatos de calefacción con biomasa pierdan atractivo frente a otras opciones, incluidas las que utilizan combustibles fósiles, algo que iría en contra de los objetivos de descarbonización de la UE. Esta posible reducción de la demanda también afectaría al empleo generado por la industria de fabricación y comercialización de calderas de biomasa. 

La patronal europea Bioenergy Europe, junto con las asociaciones nacionales, como AVEBIOM en España, han manifestado expresamente a los eurodiputados su oposición a la propuesta en su forma actual solicitando que se revise la rebaja de los límites de emisión, se excluya la obligatoriedad de algunos requisitos técnicos, se extiendan los plazos para la introducción del reglamento y se evalúe el impacto económico y ambiental de la aplicación del reglamento con la mayor transparencia. Gracias a este esfuerzo conjunto, se ha logrado que la Comisión retire la propuesta y haya aplazado sine die la próxima reunión del “Consultation Forum”.

En relación a los límites de emisión, se ha solicitado que los valores propuestos tengan en cuenta las capacidades actuales de las tecnologías existentes, evitando restricciones que excluyan del mercado una gran cantidad de modelos de calderas sin ofrecer alternativas viables. Además, se insiste en que cualquier reducción de emisiones se haga de manera progresiva, para permitir que la industria pueda adaptarse sin generar distorsiones en el mercado. 

El plazo propuesto para la entrada en vigor del reglamento (1 de enero de 2027) se considera insuficiente para desarrollar y certificar nuevas soluciones tecnológicas, por lo que se propone una implantación gradual, similar a la aplicada en regulaciones anteriores, con períodos de adaptación que permitan a las pymes ajustarse a los nuevos requisitos sin poner en riesgo su competitividad. 

También se ha criticado la falta de un análisis detallado sobre el impacto que estas medidas tendrían en el sector, en términos de empleo, competitividad y acceso de los consumidores a soluciones de calefacción asequibles. La industria exige que se publiquen los estudios de impacto antes de la aprobación final del reglamento y que se incluyan consultas públicas con todas las partes interesadas. 

Según AVEBIOM, Se considera necesario excluir algunos requisitos técnicos propuestos como la obligatoriedad del ACC en todos los modelos, dado su elevado coste y su aplicabilidad limitada. También se ha solicitado ajustar los límites de emisión de partículas (PM) para la biomasa no leñosa a 40 mg/m³ en lugar de los 30 mg/m³ propuestos.  

La ampliación del reglamento a calderas de hasta 1.000 kW también se cuestiona, ya que no existen métodos de prueba adecuados para esta categoría de equipos, y se considera más apropiado que se regulen bajo la Directiva sobre Instalaciones de Combustión Medianas (MCP).  

En Extremadura funcionan 10.500 equipos que consumen biocombustibles, como astilla, pellets y hueso de aceituna

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Planta de pellets de la empresa Naturpellets

Texto:
Juan Jesús Ramos
Responsable del Observatorio Nacional de Calderas de Biomasa (ONCB) en AVEBIOM

Extremadura es una de las Comunidades Autónomas que apuesta fuerte por las energías renovables, y especialmente por la biomasa, al menos desde la Administración Autonómica. Sus responsables técnicos y políticos han entendido las aportaciones beneficiosas directas e indirectas que el uso de la biomasa despliega en ámbitos concretos de la economía y el medio ambiente extremeño. Este escenario se ha hecho visible en diferentes líneas de ayudas públicas abiertas en 2018 y principios de 2019.

Fabricación de biocombustibles sólidos
Han sido las ayudas de mayor cuantía. Destinadas a la construcción, ampliación, mejora y/o adaptación de establecimientos industriales dedicados a la fabricación de biocombustibles sólidos entre los que se incluye también el carbón vegetal. La gestión de estas ayudas corre a cargo de la Consejería de Economía e Infraestructuras, a través de la DG de Industria, Energía y Minas, que puso a disposición un presupuesto de 12,14 millones de euros. Estos fondos cofinanciados por Europa, procedían del Programa Operativo del Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (FEADER) con cargo al Programa de Desarrollo Rural de Extremadura 2014-2020.

De esta línea hemos conocido que se van a llevar a cabo tres proyectos de plantas de pellet de madera que se ubicarán en Moraleja (Cáceres) a través de la empresa PELLEX ENERGÍA, S.L., en Herrera del Duque (Badajoz) con la empresa PELLEST HERRERA, S.L. y en Caminomorisco (Cáceres) por medio de la empresa PELLETS HURDES, S.L.

Para las 2 primeras el inicio de las obras será inminente, a lo largo del verano de 2019 y la puesta en marcha está prevista para febrero de 2020. Ambas plantas, prácticamente gemelas, tendrán una capacidad de producción de 75.000 toneladas anuales de pellet que irán destinados tanto a la exportación (entre un 60 y un 80%) como al mercado local y nacional.

El proyecto de la planta de Caminomorisco tiene otros plazos diferentes, con un inicio de la construcción a finales del 2020 y puesta en marcha en 2021. Igualmente la capacidad máxima de producción estará diseñada para 75.000 tonelada anuales.

La materia prima utilizada para la fabricación de los pellet será madera de pino descortezado, proveniente de la gestión forestal sostenible de masas de pino repoblado en Extremadura, concretamente de los pies no utilizables para sierra. El material proveniente de las copas y una parte de las cortezas se destinará a la generación de calor para el tromel de secado. El suministro de material está garantizado ya que los promotores de estas iniciativas han firmado acuerdos con la Junta de Extremadura para la explotación de los montes públicos, dentro del Plan de prevención de incendios y ordenación de los montes extremeños.

La inversión prevista para cada una de las plantas asciende alrededor de 10 Mll de €, de los que la subvención pública asciende a 2 Mll de € por planta.

Línea de fomento de instalaciones
Han sido varias las líneas de ayuda que arrancaron durante el ejercicio 2018 o principios del 2019 a las que se han podido acoger las personas físicas, las Comunidades de Propietarios, las Asociaciones sin Ánimo de Lucro, los Municipios y Entidades Locales Menores, las empresas y sus agrupaciones y los proveedores de servicios energéticos.

La primera de ellas, destinadas al fomento de instalaciones de energías renovables cuyas bases reguladoras se establecieron en el DECRETO 110/2018, de 17 de julio y cuya convocatoria para los ejercicios 2018 y 2019 se aprobó a través de la ORDEN de 24 de julio de 2018. Con esta ayuda, la Administración pretende promover el uso de las energías renovables a favor de un modelo de desarrollo sostenible basado en la economía verde y a la vez reducir las emisiones de gases efecto invernadero a partir del mejor uso de la energía y de la promoción de las renovables. El presupuesto designado, para la biomasa sólida, en las tres próximas anualidades, asciende a algo más de 1.860.000 € y 1.200.000 € para el fomento del uso del biogás en empresas. Por tanto, de una dotación total para esta línea de 6.581.646 €, a la biomasa le correspondería el 46,5% de las ayudas.

De la información facilitada por la propia Consejería de Economía e Infraestructuras en los primeros 6 meses transcurridos desde la apertura de las ayudas, el 21,4% de los expedientes fueron para implementar biomasa, que de manera mayoritaria correspondían a beneficiarios domésticos, mientras que las peticiones de empresas y Entidades locales habían sido muy escasas.

Una segunda línea de ayudas se destinó a fomentar y divulgar las actuaciones de ahorro y eficiencia energética y el uso de las energías renovables en las empresas, en especial en las pymes extremeñas y en los municipios,  con un presupuesto total de 2,3 millones de euros.

Una tercera línea regulada por la Orden de 28 de diciembre de 2018, adscrita al Plan Estatal de Vivienda 2018-2020 y gestionada por la Secretaria General de Arquitectura, vivienda y políticas de consumo, añade a las líneas tradicionales de autopromoción, alquiler, rehabilitación y accesibilidad, un programa de ayudas a la mejora de la eficiencia energética de las viviendas, por las que se podrá recibir entre un 40% y un 75% de la inversión por la instalación de equipos generadores de energía

Plan 700 de la Junta
La Junta de Extremadura presentó en 2018 el Plan de Eficiencia Energética para el parque de edificios públicos propiedad de la Administración Autonómica. De los cerca de 750 edificios contabilizados, se pretende actuar en alrededor de 700 hasta el año 2030 y movilizar, en ese período, 229 millones de euros, con reformas que propicien un ahorro en el consumo de energía y la puesta en funcionamiento de instalaciones de biomasa y captadores solares para obtener energía solar térmica y fotovoltaica.

El foco de buena parte de las actuaciones correspondería al Servicio Extremeño de Salud, ya que se ha comprobado que el 40% del consumo energético de los edificios públicos de la Junta de Extremadura lo gastan los 12 hospitales públicos, a lo que se sumaría otro 29% de los centros asistenciales (residencias de mayores y los dos centros sociosanitarios que fueron los antiguos hospitales psiquiátricos de Mérida y Plasencia).  La primera actuación prevista será el hospital de Llerena (Badajoz) donde se sustituirán los combustibles fósiles por nuevas calderas de biomasa hibridadas con energía solar. La financiación de este Plan procederá en su mayor parte de la iniciativa privada, a través de ESEs (Empresas de Servicios Energéticos), complementada con fondos públicos (Fondos FEDER y líneas de ayuda estatal, en su mayoría).

Observatorio de la Biomasa
Según las estimaciones del Observatorio de la Biomasa para 2018, en Extremadura hay funcionando cerca de 10.500 equipos que consumen biocombustibles, principalmente astilla, pellet y hueso de aceituna.

En este último año, el incremento de nuevos equipos ha sido del 22%, manteniendo una tendencia muy positiva, que se focaliza en las estufas para uso doméstico. La potencia acumulada suma ya 440,9 MW, con un incremento del 9,1% esta anualidad.

El volumen de negocio de la biomasa térmica en Extremadura, se sitúa en torno a los 33 millones de euros, algo menos que en 2017, manteniéndose los puestos de trabajo en el rango de los 360-370 trabajadores. La energía que aporta la biomasa térmica cada año se calcula en torno a los 56.000 Ktep, equivalente a la sustitución de 65 millones de litros de gasóleo. La reducción de emisiones de CO2 se sitúa sobre las 173.000 toneladas anuales.

Secaderos de pimientos
Las ayudas destinadas al fomento de la utilización de biocombustibles en el secado tradicional del pimiento para pimentón en la Comarca de la Vera tuvieron continuidad en 2018, su tercera campaña, mediante la Orden de 26 de junio de 2018. El número de productores que utilizaron estas ayudas fue de 329, muy similar a las convocatorias pasadas, logrando secar 2.385 toneladas, alrededor del 60% de la producción de pimiento para pimentón.

Proyectos microgeneraciones
Quiero reseñar dos actuaciones de relevancia en el I+D+i puestas en funcionamiento en Extremadura en los primeros meses del 2019 y con la biomasa de protagonista. Por una parte, la planta experimental de micro-trigeneración diseñada por la Universidad de Extremadura, gracias al proyecto europeo TRIBAR y ubicada en las instalaciones de la empresa MARLE en Gévora (Badajoz). Utiliza biomasa como combustible principal (podas y subproductos agroindustriales) y energía solar de concentración para producir energía eléctrica, unos 50 kW eléctricos, y energía térmica, unos 400 kW de calor y 35 kW de frío.

Otro de los proyectos de interés es la instalación de la primera caldera de pequeña potencia con motor Stirling en el Centro de Investigaciones Científicas y Tecnológicas de Extremadura [CICYTEX]. Es una caldera de condensación Ökofen con la que se podrá obtener calor para calefacción y también electricidad a partir de la combustión de los pellet.

Extremadura se acerca a las 9.000 estufas y calderas tecnificadas de biomasa instaladas

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estufa pellets

por Juan Jesús Ramos
Responsable del Observatorio Nacional de Calderas de Biomasa (ONCB) en AVEBIOM

Juan Jesús Ramos lleva muchos años analizando el mercado de estufas y calderas de biomasa en España y en Extremadura también. Y ha visto la evolución silenciosa del sector año a año. En este artículo, muestra las claves del creciente protagonismo del sector en la región extremeña

Queda mucho por hacer, pero el sector de la biomasa térmica en Extremadura se va consolidando poco a poco. Al cierre de 2017, según las estimaciones del Registro del Observatorio Nacional de Calderas de Biomasa de AVEBIOM, la potencia térmica acumulada en Extremadura ascendía a 464.415 kW, un 9,7% más que el año anterior. El número estimado de equipos nuevos y de sustitución instalados en la Comunidad autónoma en 2017 ha sido de 1.500, elevando el número de estufas y calderas “tecnificadas” hasta las 8.584.

A pesar de ello, sigue siendo la “gran desconocida”, y este desconocimiento trae consigo desconfianza para muchos posibles usuarios, que también se ven influenciados por las potentes campañas de marketing de las grandes corporaciones energéticas de combustibles fósiles.

Que una energía renovable, como es la biomasa, tome más protagonismo, tiene remedio. En primer lugar el ejemplo debe venir de la propia Administración. Parece que para estas dos próximas campañas (ejercicios 2018 y 2019) estaremos de suerte. El Gobierno de Extremadura abrió la convocatoria de dos programas de ayudas destinadas a actuaciones de ahorro y eficiencia energética y también para la adquisición de nuevas instalaciones de energías renovables (Bases Reguladoras en: DECRETO 110/2018, de 17 de julio). Las dotaciones económicas para ambas líneas son muy interesantes: 2,30 millones de € en el primer caso y 6,58 en el segundo. Estas convocatorias están enmarcadas en el Programa Operativo del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER) 2014-2020.

Plan estratégico
Para que el círculo virtuoso de la biomasa deje de tener aristas y ruede, es necesario ir cumpliendo una serie de actuaciones que pueden condicionar el éxito o el fracaso de un plan estratégico diseñado a una escala territorial amplia. Aunque a muchos agnósticos de la biomasa les parezca extraño, lo primero será promocionar la DEMANDA de nuevas instalaciones, antes incluso de tener disponibilidad de un biocombustible local, planteando el debate del gran dilema de si es primero el huevo o la gallina.

Dada la limitación de los recursos económicos de cualquier administración, las inversiones iniciales más potentes han de dirigirse siempre hacia la puesta en funcionamiento de las calderas de biomasa. Y no de cualquier manera, sino con criterios que garanticen la viabilidad y el buen funcionamiento de la instalación.

En primer lugar, se ha de localizar al potencial usuario y analizar su demanda térmica. Tras esta primera fase de la confirmación de los consumos y del establecimiento de los protocolos de mejora de la eficiencia ya sea en los procesos productivos, la distribución o la curva de demanda, se realizará un estudio de la viabilidad técnica, económica y financiera de dicha instalación. El usuario o potencial usuario debe estar  en todo momento informado y asesorado para que participe de manera activa en la toma de decisiones.

Equipos contrastados
Otro de los factores clave es el diseño de infraestructuras y la elección de los componentes de la instalación, constituidos por equipos contrastados, eficientes y de calidad. Ni lo más barato es lo más interesante, ni es sensato hacer las cosas a cualquier precio.

Por último, no nos podemos olvidar de contar con una empresa instaladora de contrastada experiencia que, además de una correcta instalación, nos asegure un mantenimiento preventivo y correctivo para alcanzar las máximas prestaciones en todo momento. Sacar el mayor partido a la instalación se consigue únicamente utilizando un biocombustible adecuado, con garantía y certificación de calidad.

Biomasa local
El biocombustible, ya sea pellet, astilla, hueso de aceituna, cáscara de frutos secos, etc., será el hilo conductor que nos llevará al siguiente tramo del círculo virtuoso, que consistirá en la promoción de la OFERTA de biomasa local. Aparece la necesidad de plantear el autoabastecimiento con recursos locales, que tras su correspondiente análisis, culminaría con la construcción de infraestructuras productivas y logísticas bien dimensionadas. A su vez, la existencia de estos Centros Logísticos de Biomasa [CLB], que garantizan el suministro “de cercanía” bajo los estándares de calidad de las biomasas, aumentaría la confianza de nuevos potenciales usuarios.

El acopio de biomasa forestal no siempre es fácil ni rentable a “priori”. Es importante conocer la disponibilidad de la biomasa forestal de cada municipio o territorio y planificar los aprovechamientos a través de un Plan de Gestión Forestal.

Masas forestales
Por otra parte, tener las masas forestales bien cuidadas y gestionadas ayuda a reducir de manera drástica el número y la intensidad de los incendios forestales. Esto traducido a valores económicos, supone el mantenimiento del valor patrimonial y medioambiental del monte, con una reducción importante en el gasto de extinción para las arcas autonómicas y el de daños generados. Cada hidroavión o helicóptero que apoya la extinción de un incendio puede cobrar entre 4.000 y 6.000 €/hora, dependiendo de su capacidad. Apagar un incendio con medios aéreos, terrestres, brigadistas, etc., es muy caro y siempre con riesgo de pérdidas humanas. Repercutir ese alto coste en las cuentas públicas hace que el planteamiento del acopio de biomasa deba ser tratado con mayor sensibilidad por parte de las Administraciones.

Mientras, los subproductos y residuos, con capacidad energética, obtenidos de las actividades de producción agrícola y ganadera, han de ser tenidos muy en cuenta por parte de los profesionales del campo, de las cooperativas y de las empresas de transformación. Debería existir un compromiso generalizado en la valorización y el aprovechamiento de estos materiales, de tal manera que un biocombustible como el hueso de aceituna producido en Extremadura debería ser consumido, en su totalidad, en Extremadura. Aprovechar los recursos biomásicos locales favorece la riqueza y el empleo local, mitigando el cambio climático y el éxodo rural.

Ejemplo industrial
Nos hacemos eco de que hay un grupo de empresas de la industria del corcho en San Vicente de Alcántara, que han mejorado su tradicional sistema de calentar el agua de los calderos en los que cuecen el corcho para conseguir su esterilización y darle mayor flexibilidad y elasticidad. La búsqueda de mayor eficiencia en el proceso ha supuesto el cambio del biocombustible de toda la vida, la leña, a otro formato que son los pellets o las astillas. Sigue siendo biomasa, madera extraída de nuestros montes y dehesas, pero que puede utilizarse con mayores rendimientos.

Este es el caso de Corchos Borriño Rabazo S.L., con sede en San Vicente de Alcántara (Badajoz), que fue pionera en la mejora de su antigua caldera de leña incorporando un quemador de la marca NATURAL FIRE de 350 kW. La empresa instaladora ha sido BIOMASAEX, S.L., con sede en Villafranca de los Barros (Badajoz). Su gerente Ángel Mora nos cuenta que antes utilizaban unas 210 toneladas anuales de leña y ahora, con pellet, no consumen más de 42 toneladas. Para la corchera ha supuesto una reducción en el coste de la energía de 5.670 €/año

Aparte del ahorro y de la mejorara en el uso de los recursos energéticos, ahora consiguen controlar el proceso de cocción de una manera automática. Además, la implementación de este equipo ha servido para disminuir el riesgo de accidentes en la zona de cocción; también reducir en un 80% las emisiones de gases y, sobre todo, disponer de un trabajador más para la preparación del corcho.

BIOMASAEX, S.L. es una pequeña empresa que a lo largo de estos 5 últimos años, se ha convertido en la principal instaladora de Extremadura en equipos de aprovechamiento energético con biomasa, especializándose en quemadores. Sus clientes principales pertenecen a la potente industria agroalimentaria de tanto de Extremadura como de la parte occidental de Andalucía.