El 17,6 % de los hogares extremeños tiene temperaturas inadecuadas en su vivienda
El pasado año 2022 se convirtió en la tormenta perfecta para el consumo energético en Extremadura. Con las temperaturas medias más altas desde que AEMET tiene registros, 2,4 grados por encima de la media, y con muchos meses de calor extremo sin lluvias por un lado. Y por otro, con el precio de la luz en sus niveles más altos históricos. Ambos componentes provocaron el desplome del consumo eléctrico en la región en el año 2022 en un 7,41%, hasta los 4.681 GWh. Teniendo en cuenta la población regional (1.051.000 habitantes), la demanda per cápita en la región fue de 4,45 MWh.
Lo ocurrido el pasado año ilustra a las claras el impacto que el aumento de las temperaturas tiene en el consumo energético en los hogares, que tienen a subir de forma significativa en los meses más calurosos del verano por el uso principalmente de los aires acondicionados. Al igual que en los meses de frío, menores en la región, con el uso de estufas, radiadores y otros electrodomésticos de calor. Todo ello, dependiendo del nivel de renta de los hogares, provoca un número cada vez mayor de hogares que tienen una temperatura inadecuada. O pasan más de frío o más de calor. Y sobre todo, cuando los precios de la energía están altos.
-Por regiones. Las regiones de España con un mayor porcentaje de su población con temperatura inadecuada en sus hogares (todas por encima del 15%) son la ciudad autónoma de Ceuta (con un 33,3%), la Región de Murcia (21,4%), la ciudad autónoma de Melilla (18,8%), Andalucía (18%), Extremadura (17,6%), Canarias (16,7%), Cataluña (15,9%) y Comunitat Valenciana (15,5%). Así se desprende a la actualización de indicadores de la Estrategia Nacional contra la Pobreza Energética 2019-2024 —del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, MITECO—, que concreta a su vez que las regiones menos afectadas por una temperatura inadecuada en sus hogares (todas por debajo del 10%) son la Comunidad Foral de Navarra (5,5%), País Vasco (7,2%), Aragón (8,5%), Castilla y León (8,7%) y La Rioja (9%).
A nivel nacional, el porcentaje de población que sufre una temperatura inadecuada en sus viviendas subió de forma abrupta, de un 10,9% en 2020 a un 14,3% en 2021, cuando las tarifas eléctricas se dispararon de manera descontrolada en España y en toda la Unión Europea. Estos datos de 2021, los últimos publicados por MITECO, no tienen en cuenta la subida del 80% que sufrió el precio de la electricidad en 2022.
“Todas las regiones con un mayor porcentaje de viviendas que sufren temperaturas inadecuadas, por encima del 15%, tienen en común que hace calor”, explica Paula Rivas, directora técnica de Green Building Council España (GBCe). Según Rivas, este denominador común de las altas temperaturas hace que las casas no estén preparadas contra el frío pero, al mismo tiempo, permite que con cambios menores se pueda solucionar el problema: “La clave contra la pobreza energética pasa por la eficiencia de los hogares, con edificios bien aislados contra el frio y el calor y con sistemas de climatización eficientes”, matiza la directora técnica de GBCe.
-Pobreza energética. La pobreza energética se define, según el MITECO, como “la situación en la que se encuentra un hogar en el que no pueden ser satisfechas las necesidades básicas de suministros de energía como consecuencia de un nivel de ingresos insuficiente y que, en su caso, puede verse agravada por disponer de una vivienda ineficiente en energía”.
Existen cuatro indicadores primarios que nos permiten ver la evolución de la pobreza energética en los hogares españoles desde 2018 hasta 2021: el gasto desproporcionado de energía —gente que está gastando más de lo que debería—, que ha bajado del 16,9% al 16,4%; la pobreza energética escondida, la temperatura inadecuada en la vivienda en invierno, que ha subido del 9,1% al 14,3%, y el retraso en el pago de las facturas de suministros.
